¿Sabes por qué los coches blancos se vuelven amarillos con el tiempo? Aprende a evitarlo

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Adquirir un vehículo puede suponer un quebradero de cabeza. Aunque el primer paso podria ser la elección de un modelo determinado, además de comparar precios, aún quedan muchos factores a tener en cuenta antes de terminar de realizar la compra: tapicería, extras, tecnología… Y, por supuesto, el color de la carrocería...

Las personas eligen los colores de sus automóviles en función de muy diversas razones. Podría ser su color favorito, su estado de ánimo ese día, o tal vez la pintura que estaban dispuestos a pagar. Sin embargo, una cosa está clara: el blanco sigue siendo el rey.

No en vano, aunque el informe ‘2020 Global Color Popularity’ de PPG constata que los tonos azules continúan aumentando en popularidad entre los conductores europeos, el informe de popularidad de color 2020 del fabricante de pinturas para automoción viene a confirmar que los tonos blancos siguen siendo la opción preferida por los conductores de todo el mundo.

Una preferencia que, no obstante, cayó un 1% el año pasado desde 2019, situándose como la opción para el 34% de los turismos (incluidos monovolúmenes) vendidos en todo el mundo en 2020.

De este modo, existe una alta probabilidad de que si estás leyendo este post es que tu coche sea blanco. Un color muy bonito pero que tiene un pequeño problema si no lo cuidas como es debido y es que, con el tiempo, comienza a volverse amarillento ¿sabes por qué?

Por qué los coches blancos se vuelven amarillos

Aunque las pinturas actuales son cada vez más resistentes, el paso del tiempo, la incidencia de los rayos ultravioleta, la contaminación... son factores que inciden en los tonos blancos, sobre todo, si no se cuidan periódicamente.

De igual forma, el alquitrán de la calzada también puede afectar a las zonas bajas del vehículo, sobre todo, si está reciente y no retiramos rápidamente las salpicaduras. También, el blanco puede amarillear por el calor generado por el motor (en el capó), la lluvia ácida, el salitre del mar...

La explicación más "científica" de este tono amarillento en la pintura (ya sea uniforme o en forma de 'manchas') no es más ni menos que la oxidación causada por los rayos ultravioleta del sol.

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Asimismo, el agua también puede causar una oxidación más rápida., de igual forma que la suciedad que no se elimina de inmediato provoca esas manchas amarillas.

Cómo evitar que la pintura blanca amarillee

De este modo, la oxidación de la pintura causada por todos estos factores se nota mucho más en la pintura blanca que en otros colores más oscuros. Entonces ¿cómo podemos solucionar el problema de una pintura blanca que amarillea?

1.- Lava el coche periódicamente

Así, eliminamos la suciedad y el polvo de la capa superior. Utiliza champús neutros para minimizar los arañazos y no dañar la pintura (tono y brillo). Además, no laves el coche en las horas centrales del día para evitar la luz solar directa. La exposición directa a la luz solar puede hacer que la pintura se agriete.

2.- Encéralo al menos un par de veces al año

Aplicar cera, en los coches metalizados, bicapa, al menos un par de veces al año ayudará al barniz a realizar su acción protectora. También, en ocasiones, el pulido puede ser una alternativa al repintado si no hay ningún desperfecto en la superficie de la pintura. Eso sí el pulido debe ser algo puntual y de tarde en tarde, pues pulir el automóvil con demasiada frecuencia puede hacer que la pintura se erosione.

3.- Protégelo de la intemperie

No tener tu coche blanco a resguardo significa exponer a la pintura a sus peores enemigo. Los rayos ultravioleta están presentes todo el año, si bien son más dañiños en aquellos meses en los que los rayos solares inciden más perpendicularmente sobre la Tierra. Eso sucede en España entre el 21 de junio y el 21 de agosto, aproximadamente.

De igual modo, protegerlo lo más posible el resto del año de la lluvia, la sal de la carretera, el salitre del mar o la contaminación nos ayudará a retrasar el que la pintura blanca de nuestro coche amarillee.

De ahí la importancia de resgardarlo lo más posible de la intemperie, al menos mientras está parado.

Y es que, tenlo claro: si no cuidas tu coche blanco como requiere ese tono, la pintura blanca se volverá amarilla y opaca tarde o temprano. Sólo un buen mantenimiento (y una pintura de calidad) retrasará este proceso...

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