¿Qué pasaría si no lavaras la carrocería de tu coche durante tres años? Un Ferrari 458 tiene la respuesta

De igual forma, la carrocería de los vehículos también requiere de sus propios cuidados y mantenimiento. No en vano, tanto el uso como el abandono también hacen mella en la 'piel' de los vehículos.

En este sentido, otro de los gestos indispensables para llevar al día un buen mantenimiento del coche es su limpieza. La suciedad que se acumule por fuera puede dañar la carrocería y la pintura (y la que haya también en el habitáculo) puede convertirse en un problema imposible de eliminar si no se limpia regularmente.

Y un buen ejemplo de todo esto, es un Ferrari 458 neoyorquino que se ha convertido en la viva prueba de la importancia de limpiar el coche de manera regular.

Después de usarlo como vehículo de diario, su dueño decidió dejarlo aparcado en el garaje durante tres años, periodo durante el cual, por supuesto, no lo limpió ni por fuera ni por dentro.

El restaurador de coches Larry Kosilla (amigo del dueño) consiguió hacerse con él y ha mostrado en el siguiente vídeo todos los daños y desperfectos que el paso del tiempo había provocado en este coche de lujo y, al mismo tiempo, explica todo el proceso de restauración.

Consejos de lavado

Limpiar el coche es clave para el mantenimiento de la carrocería. Cuanto más tiempo pasen sobre la pintura los excrementos de pájaros, los restos de insectos, las resinas de los árboles, el polvo o cualquier otro tipo de suciedad agresiva, más se perjudicará la carrocería.

Para lavar el coche, lo mejor es el lavado a mano. Cuando limpies el coche tú mismo, hazlo en un día frío y a la sombra. La pintura y las llantas deben estar frías para que el limpiador no se seque y deje feas marcas.

Sin embargo, si solo puedes lavarlo en un día cálido, limpia el coche por secciones de arriba abajo. Desconfía de remedios caseros para limpiar el coche: evita lavavajillas, estropajos y desengrasantes y sigue estos pasos:

Enjabona el coche manualmente o con una pistola de espuma para reblandecer la suciedad. Enjabona siempre de arriba abajo para aumentar el tiempo en remojo. Cuando la espuma cae, se lleva parte de la suciedad y el polvo de las zonas inferiores.

Utiliza un cepillo para limpiar manchas de difícil alcance. Las aletas de goma entre las ventanas y las puertas, las aperturas, las molduras y los huecos entre las rejillas del radiador acumulan siempre mucha suciedad.

Usa un cubo con agua y champú para coche y una bayeta de microfibra para limpiar el coche. Comienza por arriba y ataca primero las zonas menos sucias. Presiona un poco para que las fibras puedan absorber la suciedad adecuadamente y no esparcirla. Enjuaga la bayeta o el guante, repite con el segundo cubo y enjabona de nuevo.

Avanza poco a poco hasta el travesaño inferior. La parte inferior es siempre la más sucia, por lo que deberías usar una segunda bayeta. Al final, limpia los bordes de las puertas y las juntas del maletero para no manchar de grasa previamente la bayeta. Sería una pena volver a ensuciar el coche.

Aclara concienzudamente el coche de arriba abajo. Si lo haces con manguera o pistola a presión, ten cuidado para no salpicar y que el polvo y la arena que se asienten de nuevo sobre la carrocería de tu coche.

En invierno, usa la manguera para limpiar por debajo del coche desde diferentes ángulos para eliminar la sal y evitar que corroa la parte inferior del coche.

¿La carrocería de tu coche necesita algún arreglo? Con la calculadora online de CertifiedFirst puedes obtener un presupuesto orientativo en función de los daños de tu vehículo y contactar con tu taller más cercano de la red de expertos en chapa y pintura para ponerla a punto.