Tras 20 intentos desde 1975, Toyota lograba en junio de 2018 un triunfo histórico en las 24 Horas de Le Mans. Una victoria en la categoría ‘reina’ (LMP1) del Mundial de Resistencia (WEC), en la que participó el piloto español Fernando Alonso, y que suponia la primera vez que ganaba un coche híbrido una de las pruebas automovilísticas con más solera y una de las más duras celebradas en circuitos tanto para los coches como para los pilotos.
Desde la llegada al mercado del Prius, la marca nipona ha liderado la tecnología híbrida en los coches que, al principio, parecía relegada a los ‘de calle’ (con pocas pretensiones en cuanto a prestaciones y diseño) pero que ha demostrado su capacidad para la alta competición.
De este modo, ya son varios los fabricantes que están apostando por ella incluso para los hiperdeportivos más radicales, capaces de superar los 1.000 CV y que, en algunos casos, incluso pueden verse con matrícula fuera de los circuitos y obligados a pararse en semáforos, señales de Stop o a cedernos el paso en alguna incorporación o rotonda…
Aston Martin Valkyrie
Cuesta imaginar que este hiperdeportivo híbrido sea matriculable para circular por las vías publicas. Pero lo es. Y, de hecho, la marca compartió no hace mucho sus primeras imágenes circulando por carretera abierta, en las que se apreciaron cambios respecto a los prototipos previos.
Así, se pueden apreciar algunos cambios menores en la zona baja, especialmente en el splitter delantero y las taloneras, además de emplear un nuevo juego de llantas monotuerca. Su diseño mantiene una exagerada aerodinámica con una silueta estilizada, realmente baja, más propia de un monoplaza de carreras que de un coche homologado para circular por la calle.
El Valkyrie utiliza un sistema de propulsión híbrido, compuesto de un motor Cosworth atmosférico 6.5 V12 de 1.014 CV, que cuenta con el apoyo de un bloque eléctrico que suma 176 CV. Así consigue una potencia conjunta de 1.176 CV y un par máximo de 900 Nm.
McLaren P1 GTR
En sus inicios, se concibió para uso exclusivo en circuito. Sin embargo, varias unidades se ‘legalizaron’ para poder matricularse y circular por carretera. El P1 GTR carece de muchas de las ‘comodidades’ habituales, como ventanillas de vidrio, determinado aislamiento acústico o una suspensión enfocada al confort.
No obstante, el proceso de matriculación obligó a añadir modificaciones y a introducir elementos imprescindibles como las placas portamatrículas. Mientras, ha mantenido detalles como las enormes tomas de aire para refrigerar el motor.
En el interior, la fibra de carbono al desnudo está presente en todas partes. El volante desmontable, con su gran cantidad de botones, interruptores y pulsadores, además de las ventanillas laterales deslizantes, recuerdan que es un coche de competición. No en vano, su ‘corazón’ desarrolla una potencia máxima de 986 CV, gracias a su configuración híbrida y es capaz de alcanzar una velocidad punta de 362 km/h y de acelerar, de 0 a 100, en solo 2,4 segundos.
Toyota GR Super Sport
En 2018, Toyota sorprendió con este hiperdeportivo de calle, creado para homologar su participación en el WEC, que obliga a fabricar en torno a 20 unidades de calle para poder incluir a sus coches en esta competición.
El coche, basado en el Toyota TS050 Hybrid ganador en 2018 y 2019 de la categoría LMP1 de las 24 Horas de Le Mans, está construido en torno a un monocasco de fibra de carbono. Su diseño final es idéntico al del prototipo, e incluso mantiene las curiosas ópticas frontales compuestas.
En el interior, la fibra de carbono también está presente en todas partes y una sencilla pantalla digital hace las veces de instrumentación. El coche es similar en concepto y ejecución al Valkyrie, con el que se enfrentará en los circuitos.
Su motor híbrido, V6 de 2.4 litros de inyección directa y doble turbo combinado con el sistema THS-R (siglas de Toyota Hybrid System Racing) compuesto de varios motores eléctricos, ofrece una potencia total de 1.000 CV (986 hp). Cuando salga al mercado tendrá un precio que rondará el millón de dólares australianos (unos 570.000 €), según reveló un directivo de la marca en ese país.
Koenigsegg Gemera
Este hiperdeportivo híbrido enchufable puede acelerar de 0 a 100 km/h en 1,9 segundos y se presenta como el primer Mega-GT del mundo, y el primero de cuatro plazas de la marca sueca. Puede circular en modo eléctrico puro o en modo solo combustión. Al estar equipado con tres motores eléctricos, puede conducirse en silencio hasta los 300 km/h.
Construido en carrocería monocasco de fibra de carbono, sorprende con sus líneas deportivas y sus puertas estilo tijera. En su diseño sobresale el frontal, inspirado en el primer prototipo Koenigsegg CC de 1996, y las grandes tomas de aire laterales que refrigeran el motor térmico y las unidades eléctricas. Asimismo, en este hiperderpotivo con carrocería tipo Gran Turismo destacan sus conjuntos ópticos LED delanteros y posteriores. Y en su parabrisas resaltan los pilares ‘A’ ocultos.
Del Gemera, que debió presentarse en el Salón de Ginebra 2020 suspendido por la pandemia del coronavirus, solo se fabricarán 300 unidades.
Czinger 21C
Otro modelo que debió mostrarse en Ginebra fue el Czinger 21C, sucesor del Divergent Blade, el primer deportivo hecho con impresión 3D. Fabricado a partir de un chasis ligero, compuesto por estructuras fabricadas en aleación y fibra de carbono, monta un tren motriz híbrido de 1.250 CV capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 1,9 segundos.
Se comercializará en dos versiones en una serie limitada de 80 unidades. La estándar, con una carrocería más ‘límpia’, y la llamada Lightweight Track, que destaca por sus apéndices aerodinámicos en fibra de carbono y por su gran alerón trasero. Ambas se diferencian también por el peso: mientras el 21C ‘a secas’ para la báscula en 1.183 kg, el 21C Lightweight Track se queda en 1.151. Eso sí, el Czinger 21C estándar alcanza una velocidad máxima superior: 432 km/h, frente a los 380 km/h de su ‘hermano’ enfocado a la pista.