¿Son seguros los coches eléctricos? Aunque esta pregunta se la habrán formulado muchos conductores, lo cierto es que, a priori, la respuesta debe ser sí. Y es que las diferencias entre un coche eléctrico y uno de combustión interna están en su mecánica, mientras que las carrocerías básicamente son iguales. Si bien es verdad que muchos de ellos utilizan materiales ligeros en ellas, esto no significa que sean menos seguros. Entonces ¿de dónde viene esta duda?
Los test de choque realizados por Euro NCAP en 2019 revelan que el eléctrico Model 3 de Tesla fue uno de los vehículos más seguros de los analizados por este organismo el año pasado. De hecho, fue el más seguro en el segmento de las berlinas y su ‘hermano’ Model X lo fue también entre los SUV grandes analizados. Sin embargo, esto no es algo de ahora. Cuando los eléctricos eran casi una rareza, el Nissan Leaf ya se llevó la puntuación más alta en 2013.
Los estudios dicen que tienen más probabilidades
De este modo, los conductores no deberían dudar sobre los coches eléctricos en cuanto a su seguridad. Sin embargo, varios informes realizados por aseguradoras europeas ofrecen datos nada positivos sobre su nivel de siniestralidad. De hecho, señalan que estos automóviles tienen más probabilidades de estar implicados en accidentes que los impulsados por motores de gasolina o diésel.
Un diario danés revela los datos de los estudios de tres aseguradoras de Dinamarca, uno de los países europeos con mayores ventas de vehículos eléctricos. Los datos de estas aseguradoras destacan que estos vehículos tienen un 20% más de probabilidades de estar involucrados en accidentes. En los modelos de Tesla, este porcentaje se dispararía al 50%. Sólo en los últimos dos años, se registraron 1.500 accidentes con vehículos de esta marca en el país nórdico.
Dinamarca no es un caso aislado. Los datos sobre siniestralidad en Noruega, otro mercado donde los coches eléctricos tienen un gran peso (en 2019 representaron el 42,4% de las matriculaciones), dicen que el 50% de los nuevos propietarios de estos vehículos tuvieron algún accidente o percance durante el primer año.
Estos datos contrastan con las cifras de los conductores que se compraron un coche con un motor de combustión interna: durante los primeros doce meses, entre el 25 y el 30% sufrió un siniestro.
Otro estudio europeo de la aseguradora AXA señala que los coches de lujo y SUV eléctricos pueden tener el 40% más de probabilidades de causar accidentes que sus homólogos con motor estándar. Sin embargo, los números también sugieren que los eléctricos pequeños y micro son ligeramente menos propensos a sufrir accidentes que sus homólogos de combustión.
A pesar de estos datos, la tasa de accidentes de eléctricos es similar a la de los coches con motor de combustión en una flota de 1.000 unidades en 7 años.
¿Y dónde está la causa de su alta siniestralidad?
La razón estaría en su funcionamiento. Los coches eléctricos entregan casi todo su par motor (fuerza necesaria para que el cigüeñal del motor gire), desde el inicio con lo que ganan velocidad rápidamente y desde muy bajas revoluciones, lo que significa que los conductores pueden ir más rápido de lo previsto.
De este modo, la fuerte aceleración de los eléctricos sería un arma de doble filo. Así, aunque puede ser positiva por su gran capacidad de respuesta, no todos los conductores están capacitados para asumir ese gran poder de aceleración, sobre todo, si antes no han conducido un vehículo puramente eléctrico.
Asimismo, otro motivo estaría en la ausencia total de ruido al acelerar lo que ‘engaña’ al conductor. Esto además supone otro gran peligro en las ciudades, ya que los peatones no se percatan de la presencia o la llegada de un eléctrico. Precisamente, por esto, la Unión Europea ya estableció una normativa por la que los coches eléctricos emitan de forma obligatoria un sonido externo y artificial, al menos a bajas velocidades o en recorridos urbanos.
¿Y cómo evitar los accidentes entonces?
Los expertos señalan que los conductores que se estrenan con un eléctrico tienen que acostumbrarse a algo completamente diferente, ya que hay una gran diferencia si se presiona el pedal del acelerador en un eléctrico respecto a un vehículo con motor de combustión interna.
De hecho, los daños en la carrocería de los eléctricos se producen, sobre todo, en la parte delantera y los accidentes ocurren principalmente al arrancar y al detenerse. No obstante, según las estadísticas, el número de accidentes de eléctricos suelen disminuir después de unos ocho meses de aclimatación de su conductor.
Por otro lado, AXA apunta que otro estudio demuestra que la mayoría de las personas no saben cómo reaccionar en un accidente con un eléctrico, donde es importante asegurarse de que el motor esté apagado. No en vano, en accidentes graves, las baterías dañadas pueden incendiarse hasta 48 h después de un choque.
La seguridad de los coches eléctricos, por tanto, está, como en los de motor de combustión, en su conductor. De ahí, la importancia de practicar una conducción responsable. Del mismo modo, practicar un mantenimiento responsable de la carrocería mejora también tu seguridad en carretera.