Año 1957. En la ciudad de Tulsa (Oklahoma, EE.UU.) deciden enterrar a modo de ‘cápsula del tiempo’ un Plymouth Belvedere Sport Coupé completamente nuevo para mostrar a las generaciones futuras un ejemplo de cómo era la sociedad americana de entonces. En su maletero y en la guantera se introdujeron diversos objetos típicos de la época. La curiosa cápsula debía ser abierta después de 50 años ¿En qué estado de conservación se desenterró?
El destino de Miss Belvedere, que es como se conoce popularmente al coche enterrado de Tulsa, pretendía estar lleno de brillo y gloria, pero acabó teniendo mucho menos esplendor.
Enterrado en 1957
La idea fue promovida por una conocida empresaria de Tulsa y el presidente de un banco de la ciudad. Así, el 15 de junio de 1957, con sólo 4 millas (6,5 km) en su cuentakilómetros, un precioso Plymouth Belvedere fue cuidadosamente protegido y enterrado en un sarcófago de hormigón con la intención de mantenerlo intacto para las generaciones venideras.
En los años 50 del siglo XX se pusieron de moda las ‘cápsulas del tiempo’. No en vano, en plena Guerra Fría, había una verdadera psicosis por los ataques nucleares y el fin de la humanidad.
Los neumáticos de banda blanca estaban firmados por personas que participaron en el evento. Una multitud se arremolinó entorno al llamativo cupé que iba a ser encapsulado medio siglo. Como maestra de ceremonias se eligió a Sharon King Davis, la hija de 10 años de la empresaria promotora de la idea. La intención era que pudiese presenciar en 2007 la apertura del sarcófago.
El coche sería entregado como premio a la persona que más se aproximase en su predicción sobre cuál sería la población de Tulsa el día en el que se desenterrase a Miss Belvedere.
… Y pasaron los 50 años
Justo 50 años después, el 15 de junio de 2007, una multitud, incluso mayor que la del día en que se enterró, se concentró para ver reaparecer el Plymouth Belvedere completamente nuevo. La expectación era máxima cuando se empezó a retirar la cubierta de hormigón a prueba de ataques nucleares y, nada más descubrirse, llegó la decepción: el sarcófago estaba lleno de agua y lodo.
Aunque se diseñó para ser hermético, el nicho era defectuoso y en él se fue filtrando agua durante esos 50 años. Además del chasco, levantar a Miss Belvedere de su lecho fue muy complicado debido a que la carrocería estaba completamente corroída y se temía por su integridad estructural.
Sacarla de una pieza llevó horas. Todo el mundo esperaba encontrar un automóvil con 50 años, algo sucio pero impecable y completamente nuevo, pero lo que salió de allí era poco menos que un amasijo de hierros y lodo.
Por desgracia, Raymond Humbertson, ganador del concurso, que casi clavó la cifra de población de Tulsa en 2007 —vaticinó 384.743 habitantes frente a los 382.457 reales— había fallecido en 1979, de modo que Miss Belvedere se había quedado huérfana además de arruinada.
Destino incierto durante casi una década…
¿Qué hacer con Miss Belvedere ahora que estaba de nuevo en la superficie? Las opiniones eran encontradas. Había quien consideraba que lo mejor era conservarla en el estado en el que se desenterró manteniéndola intacta.
Otros preferían la idea de restaurarla y devolverle el esplendor que todos esperaban haber encontrado. Finalmente se eligió un punto intermedio. Una compañía especialista en productos anticorrosión y de limpieza vio un filón publicitario en la idea de recuperar el Plymouth y se comprometió a limpiarlo y devolverle el mayor lustre posible, algo que logró en 6 meses y después de invertir 20.000 € en productos desoxidantes.
De este modo, se iba a conservar con todas las piezas originales, salvo los neumáticos (estrenó unos nuevos iguales a los originales) y sin restos del lodo que arruinó esta historia.
Tras varios años de un garaje a otro, por fin, en 2015 se le encontró un emplazamiento definitivo: el Historic Auto Attractions Museum de Roscoe (Illinois), que precisamente acaba de anunciar que Miss Belvedere podrá verse en la apertura del museo para la temporada 2020 en mayo.
Como ves, el óxido y la corrosión pueden hacer estragos en la carrocería de tu coche. No descuides su mantenimiento. Por eso, si sufre algún desperfecto, repáralo en un taller de confianza. Apuesta por los expertos en chapa y pintura.