Alerones y paragolpes prominentes, llantas exclusivas, colores llamativos, modificaciones en las suspensiones, en la mecánica, sustitución de asientos, del volante… Es lo que se conoce como tuning o tuneo, coches personalizados, incluso, hasta el extremo de ser únicos e irreconocibles respecto a su ‘gemelo’ de serie ¿Se puede hacer sin problemas cualquier modificación en tu coche?
La eclosión del tuning de coches arrancó en los EE. UU. tras la II Guerra Mundial (hot rods, muscle cars…). En España, su edad dorada llegó en los 90 y los primeros 2000, pero las restricciones legislativas y la burocracia relacionada con las reformas de importancia de un vehículo han ido reduciendo las pretensiones de muchos conductores. Aun así, España cuenta con un buen número de aficionados.
Homologación en la ITV
Dependiendo del alcance de las modificaciones, el tuning lleva detrás muchas horas de trabajo en el taller (y su consiguiente coste), por lo que antes de iniciar cualquier personalización debemos informarnos bien sobre qué podemos o no hacer. En España, las reformas de importancia del vehículo se regulan a través del Real Decreto DC866/2010, del 2 de julio.
Este Real Decreto viene acompañado por un Manual de Reformas de Vehículos elaborado por el Ministerio de Industria en colaboración con los órganos competentes en materia de ITV de las Comunidades Autónomas y cuya última revisión hasta la fecha, la 5ª, entró en vigor el 1 de octubre de 2019.
En él se definen las reformas tipificadas, su codificación y la documentación precisa para su tramitación. ¿Y esto por qué? Porque hay ciertos cambios en los vehículos que requieren su homologación por un órgano competente y la correspondiente certificación de la Inspección Técnica de Vehículos.
¿Qué puedes cambiar para pasar la ITV sin problemas?
Si no quieres llevarte sorpresas desagradables al pasar la ITV, y suspenderla porque no cumples los requisitos de homologación del fabricante, es muy recomendable que te informes bien sobre qué elementos puedes cambiar sin problemas para pasar la inspección técnica y qué modificaciones requieren ‘papeleos’ para conseguir su homologación.
Casi todos los cambios en el habitáculo del coche se pueden realizar sin necesidad de solicitar su homologación: cambiar el sistema de sonido, el tapizado de los asientos… En cambio, si quieres sustituir el volante o los asientos deberán aportar la documentación necesaria, ya que estas reformas afectan a la dirección y a la seguridad del vehículo.
Tampoco tendrás problemas si cambias la pintura de la carrocería o las llantas o los neumáticos, siempre y cuando el tamaño elegido se encuentre entre las medidas homologadas por el fabricante del vehículo y que aparecen en su tarjeta de inspección técnica (el documento verde donde se van sellando también los pasos por la ITV).
¿Qué se considera reforma de importancia?
En cambio, si incorporas elementos al vehículo que implican una alteración de sus dimensiones exteriores o montas neumáticos no homologados para dicho vehículo no tendrás más remedio que acudir a la ITV con la documentación y autorizaciones pertinentes para conseguir su homologación. De lo contrario, tu vehículo tendrá prohibida su circulación, y en este apartado se incluyen, por ejemplo, las bolas o enganches de remolque.
También requieren de homologación el tintar las lunas, cambiar los amortiguadores por otros no homologados, modificar el sistema de escape o la centralita del motor para aumentar la potencia. Se incluye en la lista cualquier elemento que afecte a la identificación del vehículo (número de bastidor o emplazamiento de la placa de matrícula), a la unidad motriz, transmisión, ejes, suspensión, dirección, frenos, carrocería, dispositivos de alumbrado y señalización o que modifique los datos que aparecen en la tarjeta de la ITV.
Tras cualquier modificación, el propietario está obligado a pasar por la ITV en el plazo de 15 días y llevar consigo el proyecto técnico detallado de la reforma, el informe de conformidad emitido por un servicio técnico de reformas o por el propio fabricante del vehículo y el certificado del taller que realizó dicha modificación. Además, todas las reformas realizadas deberán quedar anotadas en la Tarjeta ITV.
¿Y qué pasa si no se homologan las reformas?
Si no cumples con esta normativa te expones a: recibir una multa (de 500 euros) por circular con algún elemento sin homologar o no autorizado, que cuando llegue el momento de pasar la ITV, no la superes, y que en caso de accidente el seguro no cubra los daños por circular con un vehículo no homologado.
Así que, ya sabes. Antes de nada, infórmate y siempre ponte en manos de profesionales para evitar problemas.