Seleccionar el nombre que llevará un coche es, casi, como elegir el de un hijo. Y es que, cuando se trata de escoger un vehículo, sus compradores ven algo más que la simple elección de un automóvil para transportarse. Diseño, color, comodidad, tecnología… son factores que juegan un papel clave. Sin embargo, el nombre es muchas veces igual de determinante en esa decisión final.
Con el nombre, las marcas buscan generar un vínculo emocional que llegue al subconsciente del conductor, creando un perfil único que refleje la ‘personalidad’ de cada coche. El nombre de un coche es tan importante que muchos han tenido que cambiar el suyo para comercializarse en alguno o varios mercados.
Sin embargo, en ocasiones parece que los encargados de buscar esos nombres tienen poca imaginación o, por el contrario, buscan aprovechar el ‘tirón’ de otros modelos para ‘copiar’ su nombre. Así, en la automoción existe un buen puñado de coches que comparten nombre, si bien muchos de ellos, es cierto, no fueron, ni de lejos, contemporáneos. Y, como muestra, traemos aquí varios ejemplos.
500 (Fiat y Ford)
Las nomenclaturas numéricas son las que más casos de coincidencia ofrecen. Uno de los muchos ejemplos lo tenemos con el 500, nombre que comparten el ya mítico utilitario Fiat , comercializado casi ininterrumpidamente desde 1936 hasta hoy, y una berlina de Ford, de escaso éxito, vendida en Estados Unidos de 2004 a 2007.
Córdoba (Chrysler y Seat)
Los topónimos también son otra fuente de duplicidades de nombres en coches. Uno de ellos lo tenemos con Córdoba, nombre usado por Seat para un compacto de cuatro puertas derivado del Ibiza, disponible entre 1993 y 2009; y por Chrysler para un cupé de grandes dimensiones, que se comercializó en EE.UU. en los 70′ y 80′, y del que fue imagen el actor Ricardo Montalbán.
California (Ferrari y Volkswagen)
Y también un topónimo, California, nos trae dos modelos que, probablemente, son los más antagónicos de esta lista. Este nombre sirvió a VW para bautizar una de sus furgonetas más míticas, versión ‘camper’ de la Transporter, que cumplió 30 años en 2018… Y a Ferrari para dar nombre a un descapotable con techo duro retráctil, diseñado por Pininfarina y comercializado entre 2009 y 2018.
Bora (Maserati y Volkswagen)
Y no sólo lugares. También un viento que sopla del norte-nordeste desde el mar Adriático a Turquía como el Bora (y muy vinculado a la ciudad italiana de Trieste) fue el elegido por Maserati para un cupé de dos plazas, obra de Giorgetto Giugiaro, y producido de 1971 a 1978. Un nombre que también escogió Volkswagen para vender el Jetta en Europa y Sudamérica entre 1998 y 2005, y que sigue usando para una berlina comercializada en China desde 2001.
Model X (Duesenberg y Tesla)
Casualidad o no el Duesenberg Model X fue uno de los coches más exclusivos de su época. Esta marca de lujo apenas comercializó, entre 1926 y 1927, 13 unidades de este modelo que suponía una puesta al día del Model A. Su motor de 8 cilindros en línea, y 101 CV, le permitía alcanzar 160 km/h, todo un récord para la época. Mientras, Tesla eligió este nombre para su SUV de 7 plazas, a la venta desde 2015.
Matrix (Hyundai y Toyota)
Tampoco puede ser casualidad que, poco después del estreno de una de las películas (y trilogía) de culto de las últimas décadas, Hyundai eligiera ese nombre para un monovolumen compacto que vendió entre 2000 y 2010. Y que Toyota también ‘adoptó’ para un compacto de cinco puertas, derivado del Corolla, que se comercializó de 2003 a 2014 en Estados Unidos y Canadá.
Sierra (GMC y Ford)
Un caso más llamativo es el del Sierra, pues significó que dos marcas rivales compartieran nombre de uno de sus modelos (y coincidiendo en el tiempo aunque no en mercados). Así, desde finales de los 60′ se comercializa para el público norteamericano el pick-up GMC Sierra, derivado del Chevrolet C/K. Mientras, Ford ‘bautizó’ Sierra a una berlina de 3, 4 y 5 plazas, vendida en Europa en los 80′ y hasta mediados de los 90′, y que llegó a competir en el Mundial de Rallies.
R8 (Audi y Renault)
Salvando las distancias, además del nombre, estos dos modelos comparten alguna similitud más. El Renault R8, que apareció en 1962 (hasta 1971 —y hasta 1976 en España y México— ya como Renault 8), como sucesor del Dauphine, introducía una importante, e inédita, mejora para un coche de su tamaño: frenos de disco en las ruedas delanteras. Mientras, el R8 de Audi, a la venta desde 2006, estrenaba el motor central trasero por primera vez en la historia de la marca.
Otros ejemplos son los Fiat/Seat, Volvo o BMW 850, los Alfa Romeo o Ford GT, los Fiat/Seat o Mercedes 600, los Alfa Romeo o Rover 75, los Fiat o Hyundai Coupe, los Morgan, Smart o Tesla Roadster… Todos ellos con carrocerías muy parecidas o radicalmente opuestas ¿Cómo es la de tu coche? ¿Está en buen estado?