Durante el invierno la probabilidad de encontrarnos una capa de hielo o nieve sobre el coche de buena mañana es más elevada. Lo adecuado es contar con un buen rascador que nos permita liberar al automóvil del hielo, respetando siempre la integridad de la pintura del coche. Pero los que viven en zonas muy frías donde este problema es frecuente tienen algunos trucos más bajo la manga…
Por ejemplo, contar con unos limpiaparabrisas de calidad es una buena acción preventiva.
El mejor momento para sustituir los limpiaparabrisas es el otoño, ya que el calor suele degradar sus componentes y los necesitaremos al 100% durante el invierno. Además, hay que acordarse de emplear durante estos fríos meses líquido del limpiaparabrisas con anticongelante.
Un truco para hacer más fácil el raspado de hielo, es arrancar y calentar el coche previamente.
Además de que la sensación será más agradable cuando entremos en el habitáculo, facilitará la tarea de rascar el hielo y éste saldrá de forma más sencilla y con menos esfuerzo.
Alcohol o productos con alcohol, como muchos desinfectantes de manos, pueden ayudar a despegar el hielo en zonas difíciles (cerradura, manillas de puertas etc.) ya que el punto de congelación del alcohol es más bajo que el del agua.
Pero, ¿y si está el coche cubierto de hielo o nieve, incluido el techo?
En ese caso: ¡paciencia! Es mejor limpiar el coche por completo antes de salir a la carretera, ya que durante la conducción podrían caer bloques de nieve a la carretera, creando situaciones de peligro.
Eso sí, nada de utilizar agua caliente o sal para ayudarte en la tarea. Si bien es cierto que el agua caliente facilitaría quitar el hielo, también se debe tener en cuenta que un cambio tan brusco de temperatura podría producir grietas en los cristales del coche.