Según los datos manejados por el Consejo Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad, cada año se producen en nuestro país entre 15.000 y 20.000 accidentes relacionados con la presencia de animales en la carretera. En un 61,7% se trata de accidentes o golpes con animales en libertad o animales de caza, mientras que un 37,7% de estos siniestros afecta a animales domésticos.
La mayoría de estos sucesos ocurre en carreteras convencionales o secundarias. Corzos, jabalíes o zorros pueden cruzar carreteras buscando alimentos. En otros casos, perros, vacas, caballos y otros tipos de animales domésticos pueden irrumpir en la vía en zonas rurales.
Los animales que más aparecen implicados en accidentes que implican daños materiales o incluso personales son:
- Jabalí: 33%
- Perro: 30%
- Corzo: 17,5%
No se tienen datos relevantes de los pequeños animales, como gatos, erizos etc. ya que no suelen producir daños en la chapa y pintura del vehículo.
En cambio, el jabalí adulto, además de ser el animal que más colisiones produce, en caso de atropello también es el que suele provocar daños más importantes. Debido a su altura y peso, quedarán daños por impacto en paragolpes y se pueden producir daños también en la suspensión y mecánica del automóvil.
Los animales de grandes dimensiones, como vacas y caballos, producen daños distintos, ya que el coche suele impactar contra las patas, cayendo después el animal sobre el coche. La luna, el capó o incluso el habitáculo pueden ser dañados a consecuencia de un impacto con uno de estos animales.
Como decíamos, estos accidentes ocurren mayoritariamente en carreteras convencionales y durante las estaciones de primavera y otoño.
¿Cómo evitar los accidentes con animales en carretera?
Sin duda, es algo muy difícil ya que es totalmente imprevisible cuándo va a aparecer un animal en carretera.
Pero cuando estemos conduciendo por zonas cercanas a cotos de caza, bosques o zonas rurales, es muy aconsejable reducir la velocidad todo lo que se pueda.
Si en vez de ir a 90km/h, circulamos a 60km/h o 50km/h la distancia de frenado será mucho menor. Así tendremos más margen de reacción si aparece un animal en la vía y además la fuerza del impacto será menor.
¿Y si no podemos evitar el impacto?
Si el golpe contra un animal en carretera es inevitable, hay que sujetar el volante con firmeza, manteniendo la trayectoria y frenando.
Esquivar al animal no será una buena idea si eso implica salir del carril y poner en peligro a otros vehículos que circulen en sentido contrario. Intentar esquivar a un animal también supone riesgo para nosotros: podemos salirnos de la carretera o chocar contra algún obstáculo, como un árbol.
Tras el golpe, hay que señalizar el accidente como es habitual: ponerse el chaleco reflectante antes de salir del coche, poner a salvo a los viajeros y marcar el lugar con los triángulos de pre señalización. Después, ya es momento de avisar al servicio de asistencia en carretera.
¿Y de quién es la culpa si se produce el atropello de un animal?
Con la nueva Ley sobre Tráfico, Circulación de vehículos a Motor y Seguridad vial de 2014, si el impacto es con una especie cinegética, la responsabilidad recae sobre el automovilista, aún cuando su conducta al volante haya sido intachable.
El texto no deja lugar a dudas:
“En accidentes de tráfico ocasionados por atropello de especies cinegéticas en las vías públicas será responsable de los daños a personas o bienes el conductor del vehículo, sin que pueda reclamarse por el valor de los animales que irrumpan en aquellas. No obstante, será responsable de los daños a personas o bienes el titular del aprovechamiento cinegético, en su defecto, el propietario del terreno, cuando el accidente de tráfico sea consecuencia directa de una acción de caza colectiva de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido doce horas antes de aquel.
También podrá ser responsable el titular de la vía pública en la que se produzca el accidente como consecuencia de no haber reparado la valla de cerramiento en plazo, en su caso, o por no disponer de la señalización específica de animales sueltos en tramos con alta accidentabilidad por colisión de vehículos con los mismos”.
Sólo podemos tener la máxima prudencia cuando estamos al volante en determinadas zonas para tratar de evitar en lo posible el atropello de un animal de caza o doméstico. Y es que, además de la situación de peligro, aún cuando por suerte no haya daños en las personas, los daños materiales en los vehículos suelen ser de importancia.
Aquí te contamos cuánto dice la estadística que cuesta reparar una colisión con un animal de caza.
Pero la situación es distinta cuando se trata de animales domésticos, como caballos, vacas, mulas… Estos animales deben estar siempre en una cerca o recinto cerrado, o en todo caso atados, para que no puedan invadir la carretera. El propietario del animal es en este caso el responsable de los daños que pueda producir el animal cuando este se haya escapado o extraviado.