¿Eres de los que ve la carretera como una auténtica jungla? Cláxones que suenan nerviosos, gritos, insultos, gestos obscenos… Desafortunadamente, la violencia tiene bastante presencia en el asfalto. De hecho, según el estudio Influencia de la agresividad en los accidentes de tráfico publicado por la Fundación Línea Directa y el Instituto Universitario de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (INTRAS), casi 3 millones de automovilistas se ponen al volante con un alto nivel de agresividad.
Y eso es muy peligroso.
No se trata sólo de un problema de falta de educación o civismo, no.
La violencia al volante incrementa hasta 10 veces el riesgo de sufrir un accidente de tráfico con víctimas y hasta 30 veces el riesgo de sufrir un siniestro con heridos graves.
Y, por supuesto, también multiplica la posibilidad de sufrir un golpe de chapa.
Para elaborar este informe se han analizado 464.000 accidentes de tráfico con víctimas y se ha encuestado a 1.700 automovilistas. Las conclusiones, bastante preocupantes:
- más de 100.000 conductores tienen un verdadero problema de violencia vial y conducen realmente alterados hasta el punto de que llegan a reconocer haber provocado siniestros
- 3,2 millones de conductores habrían retado a otro conductor a salir del coche para “arreglar las diferencias”.
- Cerca de 7 millones de automovilistas revelan que en algún momento han adelantado de forma brusca a otro vehículo con el objetivo de intimidarlo.
- 2,6 millones de conductores confiesan que se han peleado con otro automovilista o creen que podrían llegar a hacerlo.
- El 35% de los automovilistas admite que su comportamiento al volante es impaciente e irritable.
Pero, ¿por qué nos ponemos violentos al volante? La culpa siempre es “de los demás”
El estudio refleja además poca capacidad autocrítica. La violencia al volante se excusa en que la culpa es siempre de otros.
Un 20% de los automovilistas participantes en la encuesta atribuyó la violencia al volante al estrés derivado del trabajo o situaciones familiares.
Un 12% achaca la violencia a los atascos.
Un 15% opina que las situaciones de violencia vial las desencadenan otros automovilistas, con sus maniobras y conductas al volante.
El perfil del conductor violento en España es el de un conductor hombre de 32 años, con estudios medios, que tiene pareja, ha perdido algunos puntos en su carné de conducir y circula sobre todo en vías urbanas. Además, es especialmente agresivo frente a conductores noveles y mujeres al volante.
Radiografía de la violencia al volante en España
Según el estudio, los automovilistas de Galicia y Extremadura son los que se ven a sí mismos como los más calmados y tolerantes al volante, mientras que los conductores de Murcia y La Rioja admiten que se enfadan rápidamente cuando conducen.
En general, los conductores madrileños y catalanes son percibidos como los más agresivos en carretera.
Para contrarrestar la violencia al volante, los automovilistas creen que habría que dar más formación en las autoescuelas (46%) y proponen incluso organizar charlas con víctimas de accidentes (41%). También verían con buenos ojos las sanciones por insultos en carretera (40%).