Seguro que has oído muchas veces la expresión “colisión por alcance”, aunque la mayoría de los automovilistas empleamos una fórmula mucho más coloquial: “golpe de chapa”.
Cuando hablamos de colisión por alcance o golpe de chapa nos referimos habitualmente a un impacto en la zona trasera del coche, es decir, cuando un coche golpea por detrás al vehículo que le precede.
Este tipo de accidente de tráfico, la colisión por alcance o golpe de chapa, es habitualmente un accidente de tipo leve.
Lo más frecuente es que el golpe de chapa se produzca cuando circulamos a bajas velocidades y en un entorno urbano.
Típicas situaciones que desembocan en golpe de chapa:
- el semáforo se pone en ámbar y mientras el coche que va detrás acelera para pasarlo, el coche que va delante frena… o simplemente el coche que va detrás no había guardado distancia de seguridad suficiente y no le da tiempo a frenar
- las rotondas son testigos de muchos golpes de chapa cuando algún vehículo se quiere incorporar o salir de la rotonda y golpea levemente a otro
- cuando nos encontramos con una señal de stop o ceda el paso y tiene lugar una situación parecida a la del semáforo
La distracción y la falta de distancia de seguridad suficiente, principales causas de la colisión por alcance
Viendo las situaciones típicas de golpe de chapa nos damos cuenta de que lo más habitual es que se produzcan por dos razones. En primer lugar, porque se produce alguna pequeña distracción que hace que el conductor reaccione tarde. En segundo lugar, porque no ha habido una distancia de seguridad suficiente para que de tiempo a reaccionar…
¿Las consecuencias? Desde el simple susto a daños en la pintura o, en los casos más graves, el famoso “latigazo cervical”.
Tres buenas prácticas de seguridad vial para evitar las colisiones por alcance
Por suerte, podemos hacer mucho por evitar los golpes de chapa.
- Mantener una velocidad adecuada
- Guardar suficiente distancia de seguridad
- Concentrarnos en la conducción y evitar distracciones por el smartphone, música, acompañantes etc.
A menudo, mantener la atención en la carretera y guardar una buena distancia de seguridad es suficiente. Los dispositivos de ayuda a la conducción están demostrando ser muy útiles en este aspecto.
Aunque sabemos que no siempre es fácil. Quizás el niño que va detrás llora, o justo suena el teléfono, o quizás estamos discutiendo con nuestro acompañante.
Pero, todas esas situaciones deberíamos evitarlas al volante.