A estas alturas, la presentación de un vehículo-robot no nos sorprende demasiado. Es de lo más habitual. Seguramente nos sorprendería la presentación de un coche sin electrónica, con sistemas totalmente mecánicos como los de antaño y con la chapa dura y rígida como antes. Aquellos tiempos pasaron y hoy nos asaltan las noticias sobre coches eléctricos que se enchufan a la red eléctrica casi como el cargador de un móvil y vehículos autónomos si conductor, que nos llevan y nos traen, y hablan entre ellos y con la carretera.
Los avances, pruebas y sueños de automoción son verdaderamente una constante. Parece siempre hay alguien dispuesto a dar una vuelta de tuerca más. A llegar a otro nivel.
Quizás hoy en día no nos sorprende oír hablar de un nuevo coche eléctrico, conectado y autónomo, es decir, sin conductor.
Pero, ¿y si ese coche cuenta además con una carrocería luminosa y cuyo color va cambiando mientras dura el movimiento?
Se trata de EZ-Ultimo, un concept car presentado por Renault en el Salón del Automóvil de Partís 2018.
Se trata de un coche, como hemos dicho, sin conductor (con autonomía de nivel 4), conectado y eléctrico, concebido desplazamientos urbanos, de negocios o experiencias distintas de turismo.
El coche se ha concebido dentro del sector lujo, por lo que lo realmente llamativo no son sus sensores, dispositivos o sistemas especiales, sino que el habitáculo está pensado de forma que los ocupantes (hasta un máximo de tres) pueden “desaparecer” en el interior del vehículo.
Es decir, existe la opción de ser invisible a los ojos del exterior, ya que los cristales cuentan con un dispositivo de oscurecimiento.
Por su parte, el habitáculo es una especie de cabina con revestimiento en madera, mármol y cuero, mientras que en la parte superior de la carrocería hay elementos de cierta transparencia.
Toda una declaración de intenciones futurista que no deja indiferente.