Dicen que la piel humana es un órgano. De hecho, el más extenso. Y aunque a menudo nos olvidamos de ella, requiere de cuidados. Sufre enfermedades. Acusa el paso del tiempo. Todos tenemos algún producto cosmético para cuidarla e incluso embellecerla. Alguna crema para hidratarla. Otra para protegerla del sol. Algún agua de colonia para refrescarla y que huela bien. Pomadas para combatir problemas momentáneos.
Si extrapolamos esto al mundo del motor, podemos decir que el coche también tiene piel. Que es un organismo y, como tal, requiere cuidados. Cuidados en su interior, para que la máquina funcione. Pero también cuidados en el exterior, en su piel.
La piel del automóvil tiene, como la piel humana, varias capas. Lo que vemos es la capa final, el color elegido con el acabado elegido (sólido, perlado, metalizado, mate…). Pero más allá de lo que vemos hay más capas de ‘piel’ hasta llegar al metal de la carrocería.
La sabiduría popular lo resume fácilmente: chapa y pintura.
Cosmética para cuidar la piel del automóvil
La piel es una de las formas en las que nos relacionamos con el exterior. También en el caso del vehículo la piel (la pintura, la carrocería) cumple esta función. Y es, quizás, el órgano del coche más expuesto a ese mundo exterior. Ese mundo maravilloso y fascinante, pero en el que también está el polvo, el barro, las piedras, el granizo, la nieve y la sal, las caquitas de pájaros, los árboles, la resina y el polen, los insectos, los imprevistos… Todo lo que disfrutamos cada día, todo lo que puede volverse un ‘accidente’, un ‘golpe’, una ‘marca’ en la piel del coche.
Incluso cuando el coche está estacionado en un tranquilo garaje, la piel del automóvil está expuesta a multitud de posibles agresiones que pueden dañarla, mermar su salud y su belleza.
De ahí que sea tan importante por un lado cuidar mucho dónde dejamos el coche aparcado (en cada momento) y cuidar la piel del coche.
El mejor hábito en ese sentido es la constancia al lavar el coche. Un coche que se lava cada semana con mimo y cuidado, atendiendo al detalle, es un coche cuya apariencia será más joven y bella.
Ahora bien, ese lavado requiere de la cosmética adecuada.
Porque, también para la piel del automóvil, la cosmética es aliada de salud y belleza. Y puede marcar la diferencia.
¿Lavaríamos la delicada piel de un bebé con el mismo jabón destinado a lavar los platos? ¿La frotaríamos con una esponja rugosa? ¿Echaríamos sobre esa delicada piel alcohol a modo de colonia?
La piel del coche es delicada. Los fabricantes de pintura están consiguiendo una duración y resistencia impensables hace algunos años, pero el automovilista debe poner de su parte, empleando productos seguros para la pintura del coche.
La consigna es no usar nunca sobre la pintura del coche un producto que no sea específico para la chapa y pintura del vehículo. O podría ser peor el remedio que la enfermedad.
Como en el caso de la piel humana, es mejor dejarse aconsejar por el dermatólogo. O, mejor aún, ponerse en manos de él.