Cuando pensamos en el mantenimiento básico de la pintura del coche, la regla de oro es sencilla: lavar el coche con frecuencia. El lavado periódico del vehículo es una de las grandes claves para que la pintura del coche dure perfecta durante más tiempo.
Y es que limpiar el coche evita que la suciedad se acumule sobre la pintura, llegando prácticamente a fusionarse con ella. Cuando más tardes es limpiar el coche, más difícil será eliminar la suciedad y más fácil que se produzcan micro abrasiones simplemente porque el polvo arañe la superficie de la pintura.
Sin embargo, un lavado rápido en un túnel de lavado automático tampoco es la solución.
De hecho, valerse de túneles de lavado automáticos está desaconsejado.
¿La razón? Los túneles de lavado automáticos son ciertamente agresivos para la pintura del coche.
En primer lugar, los grandes rodillos-cepillos que utilizan suelen ser demasiado ásperos para la pintura del coche y suelen ocasionar arañazos y rayones en la capa más superficial de la pintura.
En segundo lugar, los productos químicos presentes en el agua del chorro también son agresivos para la pintura del coche.
Al utilizar el túnel de lavado automático, probablemente el coche saldrá limpio, sí, pero no reluciente, sino con multitud de rasguños en la pintura.
Rasguños y arañazos contra los que poco podrás hacer, a no ser llevar el coche a que le hagan un buen pulido para borrar los terribles rastros del túnel de lavado automático.
Seguro que no te hacen falta más razones para evitar los túneles de lavado y sus duros rodillos.
Recuerda que para cuidar el coche la limpieza es básica. Mantén buenos hábitos de higiene del coche empleando los productos específicos adecuados.