¿Te imaginas que el Gobierno pudiese obligarte a elegir el color para tu coche? ¿Qué no importase tu gusto personal, sino que fuese un político quien te impusiese el color para la pintura del vehículo? Algo así estaría pasando en la república asiática de Turkmenistán.
Lo cierto es que no hay un documento o discurso oficial que así lo haya indicado. Pero, en la práctica, el presidente de Turkmenistán habría decidido imponer su color de coche favorito, el color blanco, a todos los automovilistas del país. Y, en la práctica, en el día a día, es lo que se aprecia en sus calles y carreteras.
Para empezar, los coches de tonos oscuros fueron retirados de las calles sin más explicación. Sólo su color parecía ser la causa. Y, de hecho, los automovilistas interesados en recuperar sus coches debían comprometerse (y por escrito, además) a repintarlos de color blanco. Sólo así sería posible que les devolviesen el coche.
¿Era la crónica de una muerte anunciada? ¿La muerte del color en las calles y carreteras de este país? Para muchos no ha sido una sorpresa, ya que hace más de tres años que se prohibió la importación de coches negros.
Pero ahora, esa prohibición de facto se ha hecho extensiva a los vehículos de todos los colores… exceptuando los coches con pintura blanca o plateada.
¿Para gustos los colores? Desde luego, no para los automovilistas de Turkmenistán…