¿La pintura de tu coche ya no es lo que era? ¿Crees que cuestión de mala suerte? Es posible que lo sea… en parte. Pero hay una parte muy importante que ataña a cada automovilista. Tratar bien a un coche, con cuidado, dedicación y constancia, suele tener la recompensa de un vehículo de buena apariencia y con menos propensión a las averías.
Pero en el día a día la cosa se complica. El tiempo de cada uno de nosotros es limitado. Trabajo, familia, obligaciones diversas hacen que a menudo posterguemos cosas como la revisión del coche o su limpieza.
Así que si el estado de tu coche no es el que te gustaría te proponemos que hagas examen de conciencia. Y si tu coche está guapo y de buen ver, ¿qué actitudes y costumbres debes evitar para que siga así?
Es cierto que la mayoría de las cosas que estropean la pintura del coche tienen su origen en factores externos. Pero no es menos cierto los automovilistas podemos contribuir a evitar la exposición a esos factores y a minimizar sus efectos, en caso de que ocurra.
Sí, tú puedes hacer muchas cosas para cuidar y proteger la pintura de tu coche. Y, sobre todo, puedes NO hacer determinadas cosas.
5 ejemplos de malas costumbres de automovilistas que pueden dañar la pintura del coche
No limpiar el coche con regularidad o usar productos no adecuados para limpiar el coche (agresivos)
Las malas costumbres a la hora de limpiar el coche encabezan la lista de malas prácticas. Y es que la limpieza, si se hace de manera constante y correcta, es la gran aliada y protectora de la pintura del coche. En cambio, si no se afronta de manera correcta puede convertirse en uno de sus peores enemigos. Por ejemplo:
Si no lavas el coche con regularidad, el polvo y la suciedad harán que finalmente la pintura pierda brillo. Para protegerla, lo aconsejable es hacer un lavado semanal como mínimo.
Si eres amigo de lavar el coche en túneles de rodillos, la pintura de tu coche seguramente sufrirá micro arañazos.
Si utilizas lavavajillas o cualquier jabón no específico para el coche también estás estropeando su pintura, ya que esos productos son agresivos para la pintura.
Si lavas el coche a pleno sol y con la chapa caliente, los productos detergentes pueden dejar marcas en la pintura.
Si no aclaras bien el jabón, también puede dejar marcas cuando se seque.
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Dejar el coche aparcado al sol durante horas.
Cuanto más tiempo pase tu coche expuesto al sol, más se degradará la pintura, perdiendo su brillo e incluso intensidad de color. Si eres fiel a esta mala práctica, no tardarán en aparecer desconchones, además de la pérdida de color que acabamos de comentar.
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Dejar el coche aparcado debajo o cerca de árboles.
A veces es un auténtico problema encontrar un sitio para estacionar el coche. Eso hace que la mayoría de automovilistas no sean muy selectivos a la hora de aparcar y acepten huecos que no son el mejor cobijo para el vehículo, sobre todo cuando el estacionamiento va a ser duradero.
Es conveniente fijarse en los coches de plazas de aparcamiento ‘vecinas’; si vemos un vehículo en mal estado es fácil suponer que su dueño no sea cuidadoso.
Por otro lado, es aconsejable evitar aparcar en las inmediaciones de árboles: pájaros, polen y resina también pueden estropear la pintura del coche.
No ser cuidadoso a hacer las maniobras de aparcar.
¿Quién no lo ha visto alguna vez? Sitio de aparcamiento pequeño. Tiempo limitado o prisa. Y tratar de meter el coche en el hueco a base de toquecitos al coche de delante y al coche de detrás. Esto, que es muy frecuente en ciudades, es un gesto muy feo, no sólo con los otros coches que están estacionados, sino con el tuyo propio. La suma de todos esos golpecitos acaba por dañar de manera importante la pintura. ¡Tenlo en cuenta!
No tener cuidado con la sal de la carretera en invierno, la arena…
Tanto la sal como la arena pueden ser agentes muy corrosivos para la pintura. Se debe tener la precaución de lavar bien el coche, sin olvidar los bajos del vehículo, cuando se ha transitado por zonas en las que hubiese sal o arena.
Si te has visto reflejado en alguno de los puntos, debería abandonar esa mala costumbre cuanto antes.