¿Puede un coche estar en un hospital? Por una buena causa, claro que sí. Aunque no una carrocería cualquiera.
Ha sido la feliz idea puesta en práctica en la Unidad de Cirugía del Hospital St. Richard de Chichester, en Inglaterra.
El objetivo es hacer más llevadera la estancia de los niños ingresados en el hospital, y, sobre todo, el trayecto hasta el quirófano. Y, para ello, han pintado los pasillos del hospital como si fueran una carretera (¡con señalización y todo!) y emplean un pequeño coche para trasladar a los peques. Y no es cualquier coche, no. Es un pequeño gran Rolls-Royce.
Y es que el vehículo ha sido creado por los propios empleados de Rolls-Royce durante sus horas libres. El pequeño coche ha necesitado 400 horas para su fabricación, y se ha adaptado la electrónica a su tamaño mediante impresoras 3D. El coche dispone de una batería de 24 voltios y una velocidad máxima de 16km/h.
Por supuesto, no han descuidado un detalle tan importante como la pintura de la carrocería del coche, para la que han decidido un look bicolor empleando los colores blanco andaluz y azul salamanca.