Encontrar rayones y arañazos en el coche es exasperante. Sobre todo cuando la cosa se repite y tiene aspecto de ser hecho a propósito más que de forma accidental. Envidias, reyertas entre vecinos… ¿Cuál será la causa?
El bielorruso Kot Matroskin comenzó a notar que alguien estaba rayando su vehículo en las zonas laterales. Los ataques no se detenían y el aspecto de su Volkswagen Polo no era en absoluto el deseable. ¿Qué estaba ocurriendo?
Matroskin decidió entonces hacer algo al respecto. En primer lugar, tras observar detenidamente los rayones, concluyó que parecían hechos con el mismo objeto. En segundo lugar, llegó a identificar que los ataques se producían exclusivamente cuando aparcaba en un lugar muy concreto. Un lugar cercano a la entrada de un parque en el que solía dejar el coche cuando no encontraba aparcamiento cerca de su casa al volver del trabajo. Todos tenemos un sitio así, un lugar para aparcar el coche en los momentos de emergencia, es decir, un sitio en el que no deberíamos aparcar pero la experiencia nos dice que si dejamos el coche ahí no pasará nada. En cualquier caso, el vehículo estaba aparcado de manera que no debía molestar a nadie. ¿O tal vez sí?
Decidió intentar comunicarse con el atacante dejando una nota sobre el coche en la que preguntaba directamente qué era lo que molestaba a la persona que estaba rayando su coche. En la nota incluyó una dirección de correo electrónico, pero al parecer no obtuvo respuesta.
Así que ni corto ni perezoso fue un paso más allá y empezó a vigilar su coche. Primero con una cámara que no le ofreció información concluyente. Aún así, determinó que quien rayaba su coche cometía la fechoría entre las cuatro y las seis de la mañana. No le importó el frío: Matroskin se dispuso a dormir en el coche en ese horario. Todo para encontrar al culpable.
Finalmente, recientemente hubo suerte y pasadas las cinco y media de la mañana Matroskin se encontró cara a cara con la persona que, por lo visto, había estado rayando su coche. La sorpresa fue mayúscula. Y es que se trataba de una señora de edad avanzada, una ancianita de rostro dulce que usaba las fichas del metro (que allí son de plástico).
Lo cierto es que la señora no dio ninguna explicación y sólo admitió el rayón de esa noche en la que fue pillada ‘con las manos en la masa’.
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Son situaciones que, en definitiva, dejan muy mal sabor de boca. ¿Alguna vez te ha pasado algo parecido? En tu barrio, en el centro comercial… Sea donde sea, si rayan tu coche, ya sea por accidente o con intención, al menos sabes que se puede arreglar en tu taller CertifiedFirst más cercano. Además, si procede tramitamos la reparación con tu seguro para tu comodidad. ¡Conócenos!