Si hubiera que apostar, apostaríamos a que estás pensando en el color rojo. Un color llamativo, agresivo y que vinculamos a conducción deportiva, velocidad… Por ende, a una póliza de seguro más cara, pero ¿también a un mayor número de multas?
En realidad, se supone que el color del coche no tiene que influir en la predisposición de los agentes a multarnos. Los propios agentes, a lo largo y ancho del mundo, recalcan que en absoluto son influidos por el color de la pintura del coche, o por el tipo de vehículo…
Y los automovilistas, en general, preferimos creer en los mitos urbanos que dicen justo lo contrario.
Tampoco existen muchos estudios que indiquen tendencias en ese sentido, aunque hemos encontrado un informe en Ohio, EE.UU. Para sorpresa de muchos, este informe indica que el color de coche más multado es el negro, seguido del blanco, mientras que el color rojo aparece cuarto en el ranking.
Claro que esto puede tener una explicación muy sencilla relacionada con el número de coches blancos y negros que circulan por las carreteras. Ambos colores son los más vendidos, así que es lógico que sean también los más multados, lo que echaría por tierra la leyenda de que los agentes de tráfico sienten predilección por multar a los coches rojos o de colores llamativos.
Lo cierto es que si hay un tipo de pintura penalizado: está prohibido pintar el coche de forma que imite a un coche policial o militar. Esto lo recoge de manera indirecta el artículo 402 del Código Penal, en el que se hace referencia al delito por usurpación de funciones públicas y que se castiga con prisión de uno a tres años.