Pues sí, la emblemática marca Aston Martin ha tomado la decisión de encargar la pintura original de sus vehículos a robots, entre otras tareas que planea robotizar.
Varios ejercicios consecutivos cerrando en números rojos han llevado al fabricante a renunciar a su sello de ‘hecho a mano’.
Y es que, al menos hasta ahora, la famosa marca británica apenas tenía un único robot que se encargaba de aplicar adhesivos para unir los paneles de la carrocería. Fieles a su espíritu, hasta el propio robot tenía nombre: James Bonder. ¿Pondrán nombres a todos los robot que están por llegar?
Porque, según parece, el cambio es inminente y la empresa invertirá cantidades importantes en tecnologías, incluyendo impresoras 3D destinadas a la fabricación de algunos componentes. Todo sea por recuperar la ansiada rentabilidad. El plazo marcado es 2018, una frontera no muy lejana.
El primer paso ya se ha dado: la línea de ensamblaje y la línea de pintura serán las primeras en ser robotizadas.
Sin embargo, Aston Martin se resiste a perder por completo su esencia y manifiesta su voluntad de que gran parte del proceso de fabricación siga siendo manual.