Ésta es la historia de un coche tristemente famoso. Su porte y categoría le habían hecho convertirse en el vehículo del Presidente, pero el 22 de noviembre de 1963 se convirtió además en protagonista secundario de uno de los sucesos más importantes de la época: el asesinato del trigesimoquinto presidente de los EE.UU, John Fitzgerald Kenndey. Hablamos de un Lincoln Continental de 1961.
Lincoln Continental de 3a Generación: la historia del coche que vivió los últimos momentos de J.F. Kennedy
El Lincoln Continental nació en los años cincuenta, pero su tercera generación, diseñada por Elwood Engel (un diseño pensado para el Ford Thunderbird) y con retoques de la mano del famoso Robert McNamara, es la más destacable.
Y es que estamos en la llamada época dorada del automóvil americano, dominada por vehículos de gran tamaño y lujo.
El Lincoln Continental, sin ir más lejos, pesaba más de dos toneladas. ¡Ahí es nada! Se vendía sólo en versiones sedan y convertible y con mucho éxito, por cierto.
En 1962 se superó la cifra de 31.000 unidades vendidas, lo que suponía un 20% de incremento en ventas.
El Continental contaba con un motor de ocho cilindros en V gracias al que podía alcanzar los 180 Km/h. Disponía además de caja de cambios automática de tres marchas y frenos de tambor en las cuatro ruedas.
Pero el punto fuerte del modelo era su imponente carrocería, de diseño muy elegante. Además, el interior estaba muy cuidado: podían viajar de manera muy cómoda cuatro personas en el coche.
No es de extrañar que fuese elegido por el mismísimo presidente de los Estados Unidos. En su caso, con carrocería Convertible. De hecho, era en aquella época el único descapotable de cuatro puertas en el mercado norteamericano.
Los extras pensados para el Presidente
Un dato curioso es que Ford siempre mantuvo la propiedad del vehículo. Así es, la Casa Blanca pagaba un alquiler de 500 dólares al año por utilizar este coche.
Además, como no podía ser de otra manera, el Lincoln Continental destinado al Presidente había sido “mejorado” por la empresa Hess & Eisenhardt Company de Cincinnati (Ohio). Las mejoras incluían detalles como un asiento hidráulico que se elevaba más de 25 centímetros para que el presidente destacase, estribos retráctiles para los agentes de vigilancia, luces estroboscópicas y hasta tres tipos de techo extraíbles. Lamentablemente, el Presidente circulaba sin capota, con lo que estaba expuesto a lo que finalmente sucedió.
Si el coche salido de fábrica costaba algo más de 7.000 dólares, el coste de las mejoras superó ampliamente esa cantidad, llegando a los 200.000 dólares…
La vida del Lincoln Continental tras el atentado
¿Y qué ocurrió tras ese fatídico desfile por Dallas, durante el que Kennedy fue asesinado por disparos? Se inició la llamada Operación Quick Fix, el proceso por el que el vehículo debía ser limpiado y restaurado.
Y no hablamos de una restauración al uso, no. El automóvil fue adaptado para regresar a sus funciones habituales en la Casa Blanca como vehículo presidencial. Medio millón de dólares de entonces fueron destinados a la limpieza, pero también a la instalación de un techo con cristales antibalas, debido al que la masa del coche aumentó en más de una tonelada.
El color de la carrocería también fue cambiado. Hasta aquel momento el color de su carrocería había sido el azul medianoche. Sin embargo, por orden del sucesor de Kenndey, Lyndon B. Johnson, el coche fue repintado para pasar a ser de color negro. Un color muy frecuente en vehículos oficiales hoy en día y el color preferido de muchos automovilistas, a pesar de que requiere no pocos cuidados para mantener su belleza.
Y tú, ¿qué color prefieres? ¿Azul medianoche? ¿Negro? ¿Tal vez otro? No te conformes con menos: disfruta el color que quieres en tu vehículo y por menos de lo que piensas. Descúbrelo con nuestra calculadora on line de presupuestos para pintar el coche.