Darl’mat, el coche deportivo de los “pobres”

Darl'mat, el coche deportivo de los “pobres”

Estamos en Francia, en la época de entreguerras, en pleno apogeo del automóvil. Aunque nuestro concepto de tuning evoca hoy día quizás ideas diferentes, por aquel entonces ya se practicaba la personalización del vehículo. Y Emile Darl´mat se especializó en ello.

Emile Darl´mat regentaba desde 1923 lo que podría ser un concesionario de la marca Peugeot. De hecho, su negocio era considerado la mayor agencia de ventas de Peugeot ¡en todo el mundo! Pero no se quedó en la mera venta: pronto comenzó a realizar cambios y mejoras en los vehículos bajo petición de sus clientes.

Contaba para ello con buenos aliados. Por un lado, la propia Peugeot veía con buenos ojos el trabajo que Darl’mat realizaba al margen de la pura venta, y le suministraba piezas especiales para ello.

Por otro lado, colaboraba con la famosa Carrosserie Pourtout, lo que suponía trabajar con el carrocero “de los famosos”, Marcel Pourtout, y también con otro hombre sin par, el dentista Georges Paulin. No en vano, ellos firmaron varias de las carrocerías más destacables de Darl’mat.

¿Qué tienen en común un dentista y un carrocero? Te contamos la historia aquí.

Darl'mat, el coche deportivo de los “pobres”

Los primeros Darl’mat se fabricaron en los talleres de la propia agencia de ventas de Darl´mat, en París, para producirse más tarde, a partir del año 36, en la fábrica de Peugeot situada en Sochaux. Para que pudieran ser diferenciados de los Peugeot “de serie”, los vehículos llevaban un escudo de armas de París. Y hasta en las unidades fueron exclusivos: fabricaron unidades muy, muy limitadas.

El hecho de que su precio, a pesar de todo, era inferior al de los deportivos de la época hizo que el propio Darl’mat los definiese como “el coche deportivo de los pobres”.

Aunque la verdadera fama para estos coches vino de la mano de las 24 Horas de Le Mans. Y es que varios de sus vehículos participaron con éxito en la mítica carrera. Se cuenta que la idea original se la dio a Darl’mat un amigo suyo, el piloto Charles de Cortanze. El reto de adaptar un automóvil para acudir a la carrera se tradujo en 1936 en una versión especial del Peugeot 302 llamada “Spécial Sport”. Después llegaría el Peugeot-Darl’mat 402 Special Sport, que participó en las 24 horas de Le Mans consiguiendo buenos resultados teniendo en cuenta su cilindrada. En 1938 alcanzó un soñado quinto puesto.

Tras la interrupción de la Segunda Guerra Mundial, Darl´mat aún tuvo tiempo de firmar dos hitos.

El primero, su coupé 202, que marcó el récord de velocidad de la categoría 1100cc en 1947. En los años 50, fabricó un  coche híbrido del Peugeot 203 que participó en las 24 horas de Le Mans.

Fue su última creación: a mediados de los años 50 la falta de sintonía con la nueva dirección de Peugeot marcaría el fin de su época dorada.

Pero, como suele decirse ¡que le quiten lo bailado! Y es que los Darl’mat son hoy en día contemplados aún con admiración, como el ejemplo de elegancia y calidad que siempre fueron.

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