Se dice que fue la rivalidad entre Ford y Ferrari la que dio lugar al nacimiento, entre otros, de un coche de carreras de la talla del Shelby Cobra Daytona Coupé.
Este vehículo, fabricado entre 1964 y 1965, debe su fama a tan sólo 6 unidades producidas que, eso sí, alcanzaron la gloria del triunfo gracias a su maniobrabilidad, ligereza y velocidad, en pruebas como el campeonato mundial de resistencia de la FIA. 1965 fue de hecho su gran año: ganó prácticamente todas las carreras en las que participó. Y se cumplen ahora 50 años de la época dorada.
Carrocería de aluminio para el origen de la leyenda
Bajo el auspicio de Ford, American Shelby inició el proyecto de convertir el Cobra en un coupé en otoño 1963, si bien en aquellos primeros momentos la idea no contaba con el beneplácito de Phill Remington, Ingeniero Jefe de la casa. La idea nació de un joven llamado Peter Brock: construir una carrocería cerrada para el Cobra 289, siguiendo los pasos de lo que había hecho Ferrari con el 250 GT Berlinetta.
Para llevar a término el proyecto Brock hizo gala de tesón y colaboró además con el mecánico John Olsen y el piloto Ken Miles. El trabajo se hizo de forma casi artesanal, construyendo una carrocería de aluminio sobre el chasis tubular de un A/C Cobra que se les había cedido. Así vio la luz el primero de los seis Shelby Cobra Daytona Coupé.
50 réplicas para celebrar el 50 aniversario
En 2009 se subastó una de las seis unidades originales de este modelo y alcanzó una cifra superior a los siete millones de dólares, un número no apto para todos los bolsillos.
Pero para celebrar estos cincuenta años de Shelby Cobra Daytona Coupé fabricará 50 unidades construidas de acuerdo con los planos originales. ¿El resultado? Una réplica oficial fiel al original, con su volante de madera, sus característicos escapes laterales y por supuesto sus mismos chasis tubulares. Las carrocerías serán de aluminio o de fibra de vidrio.