Los fraudes al seguro más curiosos tienen premio

Los fraudes al seguro más curiosos tienen premio

Nada como tomarse algunas cosas con humor. Y eso es precisamente lo que hace el sector asegurador en su Concurso sectorial de detección de Fraude. En su vigesimoprimera edición, organizada por ICEA, han participado 25 compañías aseguradoras con historias de lo más variopintas. ¿Quieres conocer las tres historias del mundo del motor finalistas?

Un ciclista que agrava sus lesiones

El caso

El ciclista en cuestión, de 72 años, fue atropellado, pero a la hora de hacer los trámites su familia exagera de manera importante sus lesiones, hasta el punto que argumenta que tiene dificultades para comunicarse, problemas de memoria…

¿Cómo lo descubrieron?

El médico de la aseguradora no acababa de creerse las consecuencias que le contaban así que decide infiltrarse en una comida familiar donde observa con sus propios ojos que las secuelas y lesiones son menores de lo que la familia decía. ¡Una historia digna de una película!

El coche premium falsamente robado

El caso

El propietario de un automóvil de alta gama denuncia que se lo han robado. El problema es que el mismo día que presenta la denuncia aparece una sospechosa transferencia del vehículo en Tráfico…

¿Cómo lo descubrieron?

El hecho de que constase una transferencia facilitó la labor de investigación, sólo hubo que “tirar del hilo” para confirmar que el propietario-denunciante había participado activamente en la compraventa y que no había habido robo alguno.

El piloto de motos que iba de paquete

El caso

Un conductor de moto presenta un parte de lesiones de bastante gravedad al paquete que circulaba con él, afirmando que se había caído al atravesar un badén. Pero la gravedad de las heridas no cuadraba con la historia.

¿Cómo lo descubrieron?

El relato contado por las víctimas no era sólido y además las lesiones que presentaba el pasajero de la moto eran demasiado importantes como para haberse producido en una caída como la que describían. Tras investigarlo, se descubrió que la víctima era en realidad piloto de motos y que las lesiones se las había producido en una competición.

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