O una Étoile Filante, que en francés todo suena mejor. Es lo que soñaron en Renault en los años 50, cuando consiguieron desarrollar un coche tan veloz como singular. Para ello contaron nada más y nada menos que con Turboméca, empresa francesa dedicada a la fabricación de motores de turbina… para helicópteros y aviones, entre otras cosas.
¿Y qué puede surgir de la unión de un fabricante de automóviles y un fabricante de turbinas? Pues un vehículo llamado “Estrella Fugaz”, destinado a alcanzar más de 300 km/h. Por supuesto, este automóvil no contaba con un motor de combustión al uso, sino que funcionaba con una turbina de gas, en cuyo prototipo inicial, por cierto, habían participado ingenieros procedentes de Daimler-Benz. La idea había sido de Turboméca, que mediante esta alianza con Renault pretendía probar las bondades de sus motores y, ya puestos, batir algún que otro récord de velocidad…
¡Pues dicho y hecho! Un chasis tubular y una carrocería de poliéster hicieron el resto. La carrocería tubular, o también llamada superligera, se trata de una estructura a base de finos tubos metálicos soldados y que después se recubre con láminas de metales como el aluminio. Esta técnica es cara y laboriosa, pero el resultado bien merecía la pena: una carrocería de gran rigidez, con gran resistencia y muy ligera, es decir, con poco peso. De ahí que aún se utilice en modelos deportivos. En el caso del Étoile Filante además se recurrió a varias sesiones en el túnel de viento o aerodinámico con el fin de estudiar la solución más aerodinámica para este vehículo en cuestión. Y la solución más adecuada añadió a la carrocería unas aletas traseras verticales y a las ruedas un revestimiento.
La experiencia fue de lo más positiva y, como decíamos antes, se consiguió un récord de velocidad de 308,85 km/h para un coche de nada más y nada menos que 270cv y 28.000 rpm… Sin embargo, Renault abandonó la tecnología de la turbina de gas y el Étoile Filante cayó en el olvido hasta que en la década de los 90 fue restaurado. Actualmente forma parte de la colección histórica del fabricante francés.
Y por cierto nos encanta ese el azul elegido para la pintura de este increíble vehículo tras su restauración. ¿Qué color habrías elegido tú? ¿Y qué color sueñas para tu coche? Pues deja de soñar: hazlo realidad con la ayuda de CertifiedFirst, tu red de expertos en chapa y pintura del automóvil. Localiza tu taller Certi aquí y sorpréndete.