Para muchos, Steve McQueen protagonizó algunas de las escenas que mejor han reflejado el mundo del automovilismo y las carreras en la gran pantalla. Un trabajo que no debió costarle demasiado, ya que el actor, tanto dentro como fuera del set de rodaje, era un auténtico apasionado de los automóviles… y de la acción. Se cuenta que, en toda su carrera cinematográfica, evitó siempre recurrir a los servicios de un doble y que él mismo trató de rodar todas sus escenas, por peligrosas que fuesen. Aunque no siempre fue posible.
“Las carreras son mi vida. Todo lo que sucede antes o después puede esperar”, dice Michael Delaney, el personaje que interpreta McQueen en el film Le Mans. Todo un homenaje a la mítica carrera de resistencia, las 24 horas de Le Mans, y que fue el encuentro definitivo entre McQueen y las carreras en la gran pantalla. Un encuentro muy buscado.
¿Sabías que el propio McQueen fue parte importante del engranaje de esta cinta, a través de la productora que había fundado? ¿Y que el famoso actor pilotó en carrera, consiguiendo un meritorio octavo puesto? ¿Sabías que se implicó tanto en el proyecto que los gastos se dispararon y su productora acabó por arruinarse?
Le Mans no fue, sin embargo, un éxito para la crítica, que la consideró inferior a Grand Prix, otro gran clásico firmado por John Frankenheimer ambientado en la Fórmula 1. Pero para muchos aficionados, su espíritu, su estética realista, casi de documental, y la pasión de McQueen, la convierten en una de las grandes películas del mundo del motor.
En el rodaje, que se realizó en el circuito de La Sarthe, participaron 25 auténticos vehículos de competición Porsche, Ferrari y Lola. Dicen que el actor se había enamorado del Porsche 917 LH algún tiempo atrás y que había afirmado categóricamente: “Ése es el coche que conduciré en la película”. Algunas escenas cuentan con la presencia también de nada menos que 41 pilotos profesionales, como Jo Siffert, Masten Gregory, Derek Bell, Vic Elford… Aunque no se les dio protagonismo alguno.
Lo cierto es que ni Le Mans ni otras famosas películas de McQueen con algún coche protagonizando una frenética escena mitigaron la pasión del actor por los automóviles. “La competición me impide creerme que soy un regalo divino para la humanidad”, decía McQueen, quien participó en competiciones hasta su prematura muerte en 1980. De hecho, su espíritu ha podido volver al mundo del motor gracias al indirecto homenaje que le rindieron desde Pixar con el personaje Rayo McQueen de Cars.